Tras largas horas vagando por el espacio, encontramos una pequeña nave abandonada. En su interior nos resguardamos de la radiación espacial. Pero hace frío, mucho frío, y no existe atmosfera que nos permita respirar. Por suerte, íbamos preparados para esta situación, con una gran cantidad de recursos en la mochila, y justo esta nave conserva su generador de energía intacto. Así que nos ponemos manos a la obra: construimos un par de radiadores que permiten aclimatar la zona a algo más soportable, y un generador de oxígeno. Unas horas más tarde ya podemos quitarnos los trajes espaciales y tener cierta comodidad a la hora de trabajar. Porque esta nave va a necesitar mucho trabajo por nuestra parte para convertirse en un espacio habitable y cómodo. Esto es tan solo el principio, pero es un principio. Hemos encontrado un nuevo hogar.
Así podría empezar cualquier partida a Space Haven, el juego más ambicioso creado hasta ahora por la pequeña compañía finlandesa Bugbyte, donde deberemos gestionar la vida y las comodidades dentro de una nave espacial. Para ello, deberemos ampliar el casco de la nave e iremos construyendo distintas estancias dentro de esta que permitan mantener y mejorar la habitabilidad dentro de nuestro velero galáctico, con lo que conseguiremos una tripulación sana y feliz. Los creadores no han dudado en afirmar que su objetivo es crear «un RimWorld en el espacio». Palabras mayores, sin duda. Pero… ¿lo han conseguido? Aún es pronto, ya que nos hallamos ante un juego que acaba de aparecer en Steam y GOG en Early Access, pero lo que sí se puede decir es que van por buen camino.
Quien sea lector asiduo de 33Bits sabrá que en la redacción nos encantan los generadores de historias. Juegos como el mentado RimWorld o el último Total War se han llevado honrosas distinciones por parte de esta revista. Space Haven intenta entrar dentro de esta categoría. Cada partida será distinta a la anterior gracias a la generación procedimental de su mundo, o, en este caso, de su universo.
Empezaremos en una nave pequeña y vacía, con una lanzadera, un par de esclusas para poder salir al espacio, y un generador eléctrico. Poco a poco iremos ampliando el casco de la nave y empezando a construir diversas habitaciones que les harán la vida más fácil a los colonos. El típico dormitorio, baño o cocina al principio, mesas de cultivo después, para pasar luego a un puente de mando o un motor hiperespacial. Porque sí, podremos saltar al hiperespacio, pero de eso hablaremos luego.
Alrededor de nuestra nave dispondremos de distintos asteroides donde podremos minar minerales o hielo. Esto será esencial desde el principio, ya que nuestros recursos son bastante escasos, y en las primeras partidas no será difícil que acabemos con las reservas de alguno de los recursos esenciales -hola, cascobloques, os miro a vosotros- mientras vamos ampliando la nave. Quizás ahora mismo ese es un problema grande, ya que el jugador depende mucho de los recursos que se generen en su primer sector. En otros juegos como RimWorld o Dwarf Fortress, dentro del mundo generado de forma procedimental, el jugador tiene cierta elección del lugar donde empezar la partida. Aquí no, aquí si te quedas sin según qué tipo de materiales y no hay minerales para refinarlos, es casi un Game Over claro.
Además de asteroides, dentro de los elementos inertes -en un primer momento, al menos- que nos podemos encontrar, tendremos también otras naves varadas o destruidas. Nos tocará explorarlas y ver qué podemos desguazar de ellas o descubrir su historia mediante las grabaciones que podremos encontrar. Pero pocas naves estarán vacías, y probablemente nos acabemos encontrando con lo que acabó con la vida de la anterior tripulación, con lo que nos tocará luchar contra ello. O huir. Las batallas no tienen mucho misterio, serán parecidas a cualquier RTS, donde seleccionamos a uno de nuestros combatientes y le decimos a donde moverse o a quien atacar, en tiempo real.
Sin embargo, no estamos solos en el universo. A lo largo de nuestras partidas y viajes nos encontraremos con otras facciones, algunas neutrales o aliadas, otras hostiles. Dependiendo de su relación con nosotros, podremos comerciar con ellos o nos tocará batallar. Si tenemos el equipamiento adecuado podremos participar en batallas entre naves, con un estilo parecido al de Faster Than Light, donde nuestras torretas y láseres atacarán a la nave enemiga.
Hemos hablado de viajes hiperespaciales y sectores. Y es que, de nuevo al más puro estilo FTL, podremos viajar entre los distintos sectores de una galaxia. Para ello dispondremos de un mapa estelar donde podremos movernos siempre que dispongamos de un propulsor hiperespacial y un puente de mando construidos. Al igual que nosotros, las otras facciones irán moviéndose por el mapa, y podremos verlos cuando esos movimientos sean en sectores cercanos y no estén tapados por la llamada niebla de guerra.
No quiero acabar estas primeras impresiones sin hablar del apartado artístico y sonoro del juego. Space Haven nos ofrece un píxel-art muy resultón que, sin ser la octava maravilla a nivel de animaciones, cumple con su función. Pero donde destaca es en el apartado sonoro. Ya desde el mismo menú inicial nos encontraremos con canciones que ofrecen una gran ambientación en la temática espacial, algunas de ellas vocalizadas incluso. Falta más variedad, pero no hay duda de que este es el camino correcto.
En conclusión estamos ante un producto que a día de hoy tampoco inventa nada, pero mezcla distintos conceptos de forma notable dentro de un contexto que se adentra en la ciencia ficción relativamente ligera. Hará falta más contenido -hay cierta aproximación a los estados de ánimo de los tripulantes, pero aun falta para llegar al punto en el que uno se vuelve loco y empieza una matanza, Dwarf Fortress Style-, y ciertos toques de balanceo, pero la base está ahí. Y es una base muy buena.